Entradas para ' Terceridad'

El Tercero. Reconocimiento (Jessica Benjamin, PH. D.). 

 

Este artículo es una exploración de la importancia del reconocimiento, y completa clínicamente algunas ideas previas que he desarrollado sobre el reconocimiento, el tercero y la intersubjetividad. Pongo énfasis en el papel que juega el reconocimiento en la ruptura y la reparación. Trato de mostrar por qué la comprensión explícita del terapeuta sobre su propia contribución es vital para recuperar la regulación de estado en ambos miembros de la diada y para restaurar el rol del terapeuta como testigo. El reconocimiento del daño sufrido, o incluso causado por uno mismo, restablece la posición del testigo que puede soportar el conocimiento de lo que es el dolor. Esta postura es esencial para recrear el sentido de un universo lícito en el que sabemos que algunas cosas no están bien, si bien ocurren. Es increíble lo tranquilizador que resulta y cuánto más cohesionado se siente uno, cuando se valida que nuestro sentimiento es correcto, o que algo mal no está precisamente bien. Pero además, el testigo sirve como un representante de lo que yo llamo el tercero lícito, que contrarresta la pérdida desesperanzada de agencia, la impotencia, que una víctima siente cuando está rodeada de negación o disociación, y es incapaz de tener algún impacto en o de ser escuchada por un otro. Ya sea el testigo fallido un miembro de la familia, como en un trauma personal, o la comunidad mundial, como en los traumas colectivos, este fracaso puede contribuir tanto a la impotencia post-traumática como lo hacen los propios eventos.

 

Palabras clave: intersubjetividad, Terceridad, Reconocimiento., Tercero Comentarios (0) RSS comment feed  Article Rating

El uso de los prejuicios del terapeuta: Método democrático en psicoterapia (José Manuel Pinto). 



El prejuicio es invisible para el sujeto. A veces, oscuro, como los agujeros negros del universo, y otras, transparente, imposible de ver de puro obvio y pegado a lo cotidiano. En cualquier caso, sólo aparece como tal, cuando es iluminado por la mirada del “otro diferente”. Por tanto, es un hecho de naturaleza esencialmente interpersonal.
En la clínica, también los prejuicios del terapeuta resultan invisibles hasta que no topan contra la “otredad” del paciente, y nos conducen a callejones sin salida. Para resolverlos, se propone un uso winnicottiano y relacional: comunicarlos y compartirlos con el paciente, y, destruirlos, en su carácter omnipotente de sentencias incuestionables, para que así puedan ser usados, tan sólo, en aquellos contextos en donde resulten adecuados. Esto se ejemplifica en dos casos clínicos y en una viñeta.
En la teoría, se recupera la tensión esencial entre el “saber y no saber” del método socrático, el principio de “falibilidad” defendido por los filósofos pragmáticos americanos –que concebían el valor de las ideas por su capacidad de ser revisables y adaptables a nuevos contextos- y la filosofía hermenéutica de Gadamer. Estas bases se aplican a la reformulación del nuevo concepto teórico de la terceridad. Por último, se amplía el contexto de análisis. Se aboga por una profundización del ideal democrático en nuestras instituciones psicoanalíticas, en contra de los restos del “prejuicio aristocrático” que generan relaciones de idealización, e inhiben el desarrollo de la creatividad, por ejemplo, mediante el abuso del recurso a argumentos de autoridad, en vez del uso de una lógica de consensos razonados.

Palabras clave: Prejuicio, Uso del Objeto, Terceridad, Dualidad Complementaria, Dualidad Democrática, Ideal Democrático, Falibilidad. Comentarios (0) RSS comment feed  Article Rating