El pasado mes de junio, el centro de convenciones del Hotel Hyatt Regency Mérida, se convirtió en testigo del interés y la motivación que psicoanalistas de diferentes partes del mundo solemos tener, y que es necesario compartir y debatir en espacios como estos para acompañarnos en el pensar y en el sentir. El tema además se prestaba para que fuera un congreso movilizador, cuestionador, pero sobre todo cálido para desarrollar esta tarea de pensar y hablar sobre el significado del “Sentimiento de Pertenencia y del Hogar Terapéutico”. Con la participación de destacados psicoanalistas, académicos y estudiantes de todo el mundo, el evento ofreció este espacio para el intercambio de ideas y la reflexión sobre los desafíos actuales en la práctica y la teoría psicoanalítica. Hemos querido incluir diferentes vivencias de las personas del IPR que pudimos acudir, esperando poder transmitiros lo más cercano a nuestras vivencias, compartiendo desde la vulnerabilidad, pero sobre todo con miras a que se despierte en vosotros el interés por acompañarnos y seamos cada vez más en este compartir
Comentarios (0)
En este trabajo se busca exponer la vivencia personal a la que, durante un vuelo de regreso a mi ciudad, me encontré reflexionando sobre si podía definirme como psicoanalista relacional. Esta introspección me llevó a cuestionar mi rol como terapeuta y a considerar cómo mi propia experiencia de migración ha influido en mi práctica. La migración, un proceso emocionalmente complejo, ha transformado mi comprensión de la relación terapéutica. A través de la conexión intersubjetiva, he aprendido que tanto el terapeuta como el paciente evolucionan en este espacio compartido.
Un caso significativo fue el de D., una paciente que, al igual que yo, enfrentaba la incertidumbre de un cambio de vida. A medida que trabajábamos juntas, nuestras experiencias migratorias se entrelazaron, revelando la importancia de sostener la vulnerabilidad y la creatividad en el proceso terapéutico. La pandemia complicó aún más nuestra relación, pero también nos brindó la oportunidad de explorar nuevas formas de conexión.
El enfoque relacional, como sugiere Margaret Black, nos aleja de la figura del analista omnisciente y nos acerca a un proceso de co-creación. En este contexto, la terapia se convierte en un espacio donde tanto el terapeuta como el paciente pueden encontrar un hogar emocional, incluso en medio de la turbulencia
Palabras clave:
Cambio.,
Psicoterapeuta,
migración
Comentarios (0)