El uso de los documentos biográficos, como la fotografía, dan testimonio del sujeto en su contexto. Su revisión parte de la mutua interacción entre psicoterapeuta y la persona tratada. Planteo analizar el uso de la fotografía como herramienta clínica facilitadora de conocimiento e integración, ilustrándolo a través de un caso clínico, al que llamaré M. Parto de una revisión teórica, desde el paradigma del psicoanálisis relacional, de la teoría del apego, procesos vinculares, de simbolización y mentalización. Incorporo el trabajo con la fotografía en dos momentos: al inicio de la terapia como narrativa de historia de vida y 4 años después como proceso creativo propio, en un impasse clínico. El uso de las imágenes nos ha permitido incorporar una vivencia temporo-espacial que ha ayudado a tener representaciones mentales, simbólicas y emocionales de sí misma de manera más integrada. Algunas imágenes han generado momentos de gran intensidad emocional, emergentes de conflictos innombrables, surgiendo elementos de transformación que han dotado a M de mayor espontaneidad, en un encuentro intersubjetivo afectivo, al que se suma la capacidad reflexiva, incorporando el lenguaje en la revisión de las imágenes compartidas, facilitando la comprensión de significados. El encuentro fotográfico se ha convertido en el espacio transicional con que el trabajar y jugar, de acceso a lo simbólico. La fotografía es un medio privilegiado para construir un relato propio de nuestro entramado relacional, transformador de nuestro sentido de identidad. El uso de la fotografía ha contribuido al desarrollo del espacio vincular intersubjetivo dotándole de mayor intimidad y confianza, contexto facilitador del cambio.
Palabras clave:
Simbolización,
Mentalización.,
fotobiografía,
fototerapia,
vinculación afectiva,
encuentro intersubjetivo,
transformación psíquica
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