Los escritos psicoanalíticos recientes han implicado un esfuerzo por reintegrar el cuerpo y la experiencia corporal en nuestra comprensión de la construcción de la mente. Esta integración es crítica para el psicoanálisis ya que, como está cada vez más claro en la ciencia, el cerebro físico, el órgano que experimenta el cuerpo y la mente son uno. Como ha señalado Kandel (2013), “la psicoterapia es un tratamiento biológico, una terapia cerebral. Produce cambios físicos duraderos y detectables en nuestro cerebro”. Sin embargo, ¿podemos volver al cerebro, al cuerpo, a la materialidad, a tratar de encontrar nuestras mentes en el cuerpo sin volver a una integración psicoanalítica fundamental de la centralidad absoluta de la sexualidad en nuestro desarrollo mental? ¿No debe ser un nuevo psicoanálisis relacional el que tenga en cuenta el cuerpo en la mente y que también tenga en cuenta la comprensión convincente de Freud de nuestra experiencia sexual en el núcleo y los límites de nuestros mundos relacionales? En este artículo exploraremos algunas de las formas en que la sexualidad individual, la huella de la persona, incorpora todo el potencial de la experiencia humana en nosotros mismos y en la relación: lo pulsional y la rendición; los límites de la pasión y la violación; la paradoja de la relación y la disociación; la sintonía y el deseo personal. Nuestro enfoque será sobre la sexualidad en las poderosas interacciones que cambian el cerebro, entre pacientes y terapeutas, en el proceso de tratamiento.
Palabras clave:
Sexualidad,
Contratransferencia,
cuerpo,
Mente,
huella sexual,
metáfora,
neutralidad experiencial
Comentarios (0)
La mente es un proceso, cognitivo y afectivo, que emerge del sistema nervioso, del cerebro y de las relaciones, y que tiene la función de regular el flujo de energía y de información. Este proceso se inicia desde el nacimiento, en una situación muy particular, que es el la de la intimidad con alguien que cuidará de ese bebé. Así es como comienza nuestro desarrollo mental. En ese encuentro intersubjetivo se van desarrollando en la mente del bebé, unos modelos operativos internos que de esa manera conforman los funcionamientos mentales inconscientes, que nos acompañarán toda la vida. Esos modelos mentales inconscientes configuran nuestro inconsciente relacional. El inconsciente relacional es una marca distintiva del psicoanálisis relacional.
Palabras clave:
Neurociencia,
Apego,
Inconsciente Relacional.,
Mente
Comentarios (0)