Como señalan los Grinberg la migración es una experiencia potencialmente traumática. En este sentido, todo proceso migratorio conlleva una idealización por el lugar de acogida a la vez que un sentimiento de dolor por la tierra que abandonan. Como resultado, el migrante vive en un estado desorganizado, de confusión y ambivalencia emocional con efectos significativos en su salud mental, y que en algunos casos deriva en algún tipo de patología mental. Nuestro trabajo en Musicoterapia Relacional trata de acoger la huella traumática que acompaña al grupo de migrantes con el que hemos llevado a cabo las sesiones de musicoterapia. En síntesis, hemos tratado de proporcionar a nuestros jóvenes migrantes un espacio potencial y de transición —entre lo viejo y lo nuevo— en el que reorganizar su sentimiento de identidad, aceptar sus pérdidas y elaborar sus duelos. Siguiendo a Winnicott, en el “juego” creativo de la música, el migrante puede mostrar su personalidad y ser partícipe de la vida en comunidad. Por último, hemos querido revelar que la identidad responde mejor a una multiplicidad de pertenencias que permite transitar las experiencias de vida siendo los mismos a pesar de los cambios.
Palabras clave:
espacio potencial,
migración,
Musicoterapia Relacional,
huella traumática,
“juego”,
multiplicidad de pertenencias
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