Traducción de esta reseña:
	Raul Naranjo
	
	Comentarios: 
	Carlos Rodriguez Sutil
	
	[Agradecemos el enlace a Conferencias Microsoft] 
	
	
	 
	
	Abstract:
	
	¿Podrá una mejor comprensión del cerebro humano 
	permitir a los ingenieros construir mejores interfaces y sistemas operativos? 
	Dan Siegel establece una discusión sobre neurobiología y sus implicaciones para 
	la computación. Siegel ha revisado un gran número de disciplinas científicas 
	que exploran la idea de la mente desarrollándose a partir de la interacción 
	entre las relaciones humanas y las estructuras y funciones del cerebro. Recientes 
	descubrimientos desde campos independientes, incluyendo los de la psicología 
	del desarrollo y la neurociencia cognitiva, pueden ser sintetizados en un marco 
	de trabajo integrado para la comprensión de 
	cómo el cerebro permite la emergencia de los procesos mentales y está directamente 
	conformado por las experiencias interpersonales. 
	
	
	 
	
	Reseña biográfica de Daniel 
	J. Siegel:
	
	Dan Siegel se graduó en medicina en la Universidad 
	de Harvard y completó su postgrado en educación medica en UCLA con formación 
	en pediatría y psiquiatría infantil y de adultos. Trabajó para el Instituto 
	Nacional de Investigación en Salud Mental en UCLA, estudiando interacciones 
	familiares con especial énfasis en cómo las experiencias de apego influyen sobre 
	las emociones, la conducta, la narrativa y la memoria autobiográfica.
	
	La practica psicoterapeútica del Dr Siegel 
	abarca el abordaje de niños, adolescentes, adultos, pareja y familias. Anteriormente 
	dirigió el programa de entrenamiento en psiquiatría infantil y el servicio infantil 
	y preescolar en UCLA. Ha sido ganador del premio a la enseñanza del departamento 
	de psiquiatría y diversas becas honorarias. Actualmente es profesor clínico 
	asociado de psiquiatría en la Escuela de Medicina de UCLA, en la facultad del 
	Centro para la Cultura, el Cerebro y el Desarrollo. También es el director del 
	Centro para el Desarrollo Humano, una organización educacional centrada en como 
	mejorar el desarrollo de los individuos, 
	las familias y las comunidades examinando la conexión entre las relaciones humanas 
	y los procesos biológicos básicos.
	
	El Dr. Siegel es codirector de un manual de 
	psiquiatría y autor de numerosos artículos y capítulos, así como del libro reconocido 
	internacionalmente “The Developing Mind: toward a Neurobiology of Interpersonal 
	Experience”, 1999 (La mente en desarrollo: hacia una neurobiología de la experiencia 
	interpersonal). Este libro introduce la idea de una biología interpersonal y 
	ha sido utilizado por muchas organizaciones, incluyendo al departamento de Justicia 
	de Estados Unidos, el concilio pontifical del vaticano sobre la familia, el 
	Consejo Sobre la Tecnología y el Individuo, programas de intervención temprana 
	y una serie de departamentos de clínica e investigación en todo 
	el mundo. 
	
	Es, asimismo, editor jefe y fundador de la 
	serie Norton sobre Neurobiología Interpersonal. Su libro con Mary Hartzell “Parenting 
	from the Inside Out: How a deeper Self-Understanding Can Help You Raise Children 
	who Thrive” (2003)  explora la aplicación de esta nueva 
	y emergente visión de la mente, el cerebro y las relaciones humanas.
	
	La integrada y accesible aproximación al desarrollo 
	de Daniel Siegel ha hecho que sea invitado por diferentes organizaciones, locales, 
	nacionales e internacionales para conducir grupos de educadores, padres, administradores 
	públicos, profesionales sanitarios, diseñadores de políticas sociales, clérigos 
	y neurocientíficos. La meta común de estos esfuerzos educacionales es proveer 
	una visión de base científica de la experiencia humana a un público amplio que 
	pueda facilitar el desarrollo del bienestar psicológico y la resiliencia emocional 
	a lo largo del ciclo vital.
	
	Acceso a la conferencia 
	completa en inglés, incluyendo sus diapositivas:
	
	
	
	http://content.digitalwell.washington.edu/msr/external_release_talks_12_05_2005/11993/lecture.htm
	
	 
	
	
	Comentarios de Carlos Rodriguez Sutil: 
	
	
	Una introducción a Daniel J. Siegel
	
	
	Tradicionalmente el estudio 
	del comportamiento humano y la neurobiología han sido en la práctica dos ramas 
	dispares de la investigación científica, encerradas a menudo en su rincón irreductible, 
	apellidado con un “ismo”: “psicologismo” y “biologismo”. Uno de los primeros 
	en intentar saltar por encima de esta sima casi insalvable fue ese genio de 
	la psicología, que en occidente se conoció tarde y todavía no muy bien, Lev 
	S. Vygotsky y que entre nosotros fue presentado brillantemente por el malogrado 
	Ángel Riviere (1984). Vygotsky y la Escuela Socio-histórica de Moscú (Luria, 
	Leontiev) demostraron no sólo la importancia del sistema nervioso en la construcción 
	de teorías psicológicas sino, si cabe más relevante, la influencia del entorno 
	social en la configuración progresiva de las funciones cerebrales. Esto fue 
	dicho en la época de la Revolución Rusa y mantenido después, a media voz, pues 
	no casaba con los supuestos simplistas del marxismo oficial. Sin depender de 
	aquella inspiración, estamos siendo ahora testigos de tremendos avances desde 
	la neurociencia para integrar en un solo marco explicativo los determinantes 
	biológicos con las influencias ambientales. Traemos aquí a concurso uno de los 
	ejemplos más descollantes en ese sentido, con la obra de Daniel J. Siegel.
	
	Siegel es médico con formación en pediatría y en psiquiatría de niños, adolescentes 
	y adultos. Ha sido investigador en la universidad de California (Los Ángeles), 
	donde es profesor y ha estudiado las interacciones familiares y el modo en que 
	las experiencias de apego influyen en las emociones, la regulación del comportamiento, 
	la memoria autobiográfica y los procesos narrativos. En la actualidad trabaja 
	como psiquiatra y psicoterapeuta de niños, adolescentes, adultos y grupos familiares, 
	además de desempeñar varios cargos destacados. Recientemente ha publicado un 
	libro con el título The Developing Mind: Toward a Neurobiology of Interpersonal 
	Experience (La Mente en Desarrollo: Hacia una Neurobiología de la Experiencia 
	Interpersonal) (2001, Guildford Press), entre otros.
	
	
	La 
	mente puede ser descrita como patrones que se establecen dentro de la corriente 
	de energía e información, ya sea dentro de un cerebro o entre varios, igual 
	que en un grupo familiar. La mente no surge dentro del propio cráneo, sino que 
	el cerebro humano es un órgano extremadamente social. Para Siegel, la mente 
	se crea entre los procesos neurofisiológicos internos y las experiencias interpersonales. 
	En lugar de decir que la mente es lo mismo que el cerebro, el acento teórico 
	se está desplazando de la psicología individual al contexto interpersonal. Se 
	puede decir, por tanto, que la mente, este flujo de energía e información, se 
	crea en la interacción entre lo neurofisiológico, es decir, el cerebro del individuo, 
	y lo interpersonal, es decir, cómo dos o más cerebros interactúan entre sí. 
	La mente no viene de un cerebro aislado. Cuando se estudia la estructura del 
	cerebro se descubre que está profundamente organizado (hard-wired) para conectar 
	con otros cerebros. Y este hallazgo no se refiere a un fenómeno de la vida moderna 
	sino que es un hecho evolutivo. Por ejemplo, se está aprendiendo mucho sobre 
	cómo el maltrato infantil afecta a la mente en desarrollo del niño y el desarrollo 
	de su cerebro de forma significativamente negativa. Estos mismos estudios apoyan 
	el hecho de que cuando un adulto proporciona al niño un apego (attachment) 
	seguro, lo que implica un sentido de seguridad y protección, esto permite que 
	la mente infantil realice aquello que la genética potencialmente permite, es 
	decir, el desarrollo de un complejo conjunto, rico e intrincado, de interconexiones 
	entre diferentes aspectos del cerebro. El cómo se desarrolle la estructura y 
	funcionamiento del cerebro depende de cómo las experiencias, que son de naturaleza 
	primariamente social, conformen la información madurativa genéticamente programada 
	que da lugar a la formación del sistema nervioso. El cerebro parece sumamente 
	“plástico”, es decir, abierto al desarrollo basado en la experiencia. Esto permite 
	una visión optimista para los que estén interesados en la intervención y el 
	tratamiento y también para la educación de los padres que tenga en cuenta, sobre 
	todo, el intercambio de señales no verbales, como son el contacto ocular, la 
	expresión facial, los gestos, el tono de voz así como el ritmo (timing) y la 
	intensidad de la respuesta. Estas últimas son las palabras del vocabulario básico 
	de la comunicación no verbal. 
	
	
	Referencia:
	Rivière, A. (1984). La psicología de Vigotsky: sobre la larga proyección de 
	una corta biografía. Infancia y Aprendizaje. Nº 27 y 28,  
	7-86.