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No mires para abajo

Ficha técnica y artística

Director.- Eliseo Subiela
Año.- 2008
Duración.- 87 min
País.- Argentina
Guión.- Eliseo Subiela
Música.- Pedro Aznar
Fotografía.- Sol Lopatín
Reparto.- Leandro Stivelman, Antonella Costa, Octavio Borro, Marzencka Novak, Lía Guerrero, Mónica Galán, Hugo Arana. 
Género.- Drama

 

Reseña de Rosario Castaño Catalá
 
Premios:
Premios Glaube: Mejor película latinoamericana
Premio del Público en el Festival Internacional de Montreal 2008
Premio del Público al mejor actor y a la mejor actriz-Muestra de Cine iberoamericano. Villaverde. Madrid
Mejor Director XIII Festival Internacional de Cine de Guadalajara, 2008
 
Sinopsis:
Eloy es un adolescente de diecinueve años que trabaja junto a sus padres. Su trabajo consiste en repartir lápidas y figuras ornamentales en las sepulturas que atiende el negocio familiar en el cementerio de la ciudad. Al morir su padre, Eloy ve acelerar el tiempo que lo llevará a madurar en un mundo hostil y ajeno. En el camino conoce a Beatriz, una joven andaluza, que mediante el aprendizaje de ciertas prácticas sexuales le permitirá acceder a zonas desconocidas de su espíritu y de la realidad.

 
Fui a ver esta película sin ningún tipo de información, algo habitual, me encanta dejarme atrapar por lo que me va ofreciendo la pantalla, sin ninguna idea preconcebida y la verdad, me sorprendió, yo venía de un curso sobre “Actualización en Sexología” y aterricé en la sala después de dos días dedicados a estudiar trastornos sexuales, problemas de deseo sexual y de pareja, entre otros, para encontrarme con la iniciación sexual de un joven de diecinueve años y pensé “quién me manda meterme en esta enredo, ya he tenido bastante” y casi desde el cansancio mental me dispuse a ver una historia sobre sexo.
 
No me atrevo a recomendar esta película con demasiado énfasis, lo hice y me han devuelto opiniones opuestas, ya sabemos que no hay dos espectadores que se acerquen al cine de la misma manera, cada cual subraya unos aspectos y atenúa otros pero, además este film es muy peculiar tanto en su forma, su contenido como en los objetivos que se propone el director.
Eliseo Subiela manifiesta que quiso hacer una película anti-pornográfica, dedicada a los jóvenes, para que aprendan a “hacer el amor como dios manda” según sus propias palabras; parece que se plantea objetivos pedagógicos, pretensión bastante atrevida en una sociedad donde las nuevas tecnologías mandan y todo lo relativo al sexo y la información sexual pasa, casi exclusivamente, por la velocidad y la intensidad del ciberespacio.
En su forma es de corta duración, se asemeja a un corto-largo, de ritmo lento, el guión me resultó muy interesante pues siendo una película con muchas escenas de sexo, tiene el arte de mezclar las figuras familiares de forma  natural, los diálogos entre los dos hermanos, la relación de la abuela con su nieta, la actitud de la madre, la historia del padre y la relación con el hijo, todo encaja como las piezas de un puzzle. Unos dirán que es buena y otros que resulta pedante, pero yo me aventuro a recomendarla por su contenido psicológico y porque cuando se encendieron las luces de la sala me dejó una buena sensación.
 
Al principio confunde bastante, el propio título “No mires para abajo” no nos da ninguna pista pero poco a poco el director nos va introduciendo en una historia probable y un poco abrumadora. Se nota que entre los dos protagonistas, Antonella Costa y Leandro Stivelman, hay mucha química y que viven las escenas sin ningún tipo de sobreactuación, parecen libres y capaces de abandonarse a la intimidad.
Hay una mezcla inteligente que va del sexo tántrico al sexo occidental, de la vida a la  muerte, del sexo al erotismo, de la fantasía a la  realidad, de la sensualidad a la  melancolía, de la expectación al temor y del juego infantil al juego erótico.
  
Por pornografía entendemos un género artístico que describe al detalle escenas sexuales que provocan excitación en el espectador, la mujer es utilizada para el mayor placer, se busca el orgasmo sin ningún tipo de comunicación. Muy distinto al sexo tántrico donde lo importante no es el orgasmo sino disfrutar del encuentro, se explora el placer al límite, sin culpa, sin vergüenza, el sexo es energía que te transforma la vida y te hace feliz, se explora la parte femenina del hombre y la masculina de la mujer, se asocia al orgasmo continuo y  al mayor control posible.
La búsqueda del orgasmo continuo, del placer sin límites, haya o no comunicación, llevados al extremo, tiene sus  consecuencias y de hecho las estamos viendo entre los jóvenes, y algunos no tanto, que buscan desesperadamente besos a media noche y sexo intenso por unas horas, a veces, desnudando sus cuerpos con más desenvoltura que sus almas.
 
Creo que este material puede llegar a ser ilustrativo si no nos quedamos exclusivamente con la idea de sexo tántrico ya que esto puede llevar a engaño, todo el guión va transitando por las emociones y los sentimientos, con frases como esta del padre a su hijo “En la vida siempre estarás diciendo adiós, que eso no te impida amar” lo que  me lleva a un poema de Fernando Pessoa, editorial Losada, 2006.
 
“Basta pensar en sentir
Para sentir al pensar
Mi corazón hace reír
a mi corazón de llorar.
Después de parar y andar,
después de quedarme e ir,
he de ser quien va a llegar
y luego quien quiere partir.
Vivir es no conseguir”
 

 

 

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