Artesano de necesidades y tiempos, el psicoterapeuta realiza sus obras con restos de naufragios (Alejandro Ávila Espada). 

Resumen:



Se reflexiona sobre las dificultades y posibilidades del encuentro terapéutico con las personas que han necesitado construir un muro de aislamiento en torno de sí, que a la par que les anula les protege de ansiedades destructoras, un aislamiento que ha de transformarse en la relación con el terapeuta, logro problemático, aunque no imposible. Como ejemplo de las posibilidades de fracaso en el encuentro se comenta la experiencia de Franz McCourt sobre la psicoterapia, así como el relato del proceso terapéutico de Oscar, ejemplo de dificultad y turbulencia transformables. Oscar es una persona que lucha por escapar del muro que le aísla de ser él mismo con los otros. La esperanza de llegar a ser persona plena, a pesar de la devastación del mundo personal en la infancia, se plasma en intentos de contacto, necesidades de mantenerse anclado y a la vez de consumar una obra o perspectiva grandiosa. El encuentro psicoterapéutico genuino y recíproco ofrece alguna posibilidad de tomar contacto con el mensaje que porta la botella del naufrago sin que su contenido se destruya, una artesanía donde la angustia puede ser metabolizada en creación de espacio mental entre dos, si disponemos del tiempo subjetivo necesario para “ser/estar con un otro existente”.

Palabras clave: Proceso Analítico, Psicosis, Espacio Mental, Franz McCourt.

Abstract:



Reflections are made about the difficulties and possibilities of therapeutic encounter with people who have had to construct a barrier wall around themselves that both annuls them and protects them from destructive anxiety. Franz McCourt experience of psychotherapy is revised as an example of failure of encounter possibilities, as well as the psychotheraputic process of Oscar, an example of turbulence and difficulty capables of tranformation. Oscar is a person who struggles to escape from the wall that isolates him from being himself with others. The hope of becoming complete person, notwithstanding the devastation of his personal world in infancy, is captured in his attempts to contact, the need to maintain himself anchored and at the same time carry out grandiose works or perspectives. Genuine and reciprocal analytic encounter offers some possibilities to get in touch with the message contained in the bottle of the castaway without destructing its contents, a craft in which anguish can be metabolized in the creation of a mental space between the two, given the necessary subjective time to “be with the existing other”.

Keywords: Analytic process,Psychosis, Mental space, Franz McCourt

Referencia:

Ávila Espada, A. (2009). Artesano de necesidades y tiempos, el psicoterapeuta realiza sus obras con restos de naufragios. Clínica e Investigación Relacional, 3 (3): 582-592.

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# ANA RODRIGUEZ GONZALO
lunes, 11 de enero de 2010 19:28
Ana Rodriguez Gonzalo

Que bonito acercamiento al complejo mundo de lo psicótico…muchas veces me he planteado el papel del psicoterapeuta cuando tenemos que trabajar con pacientes psicóticos, en relación al cuestionamiento de la eficacia de la terapia, de la dificultad en el uso de la interpretación en estos casos, en los que los procesos de pensamiento pueden y suelen estar seriamente dañados. Pero son muchas las necesidades que se pueden trabajar, y qué mejor forma para ello que comenzar escuchando la demanda del otro. Pienso en lo duro que es experimentar la sensación de aislamiento, algo que todos en menor o mayor medida hemos sentido alguna vez, ¿pero qué ocurre cuando esto no es algo pasajero, sino que se convierte en tu seña de identidad? ¿Acaso alguno de nosotros podría vivir así sin estar inmerso en una gran angustia? Me gusta la sensibilidad con la que se aborda el caso clínico, desde el respeto más profundo hacia la persona. El texto me ha llevado a pensar sobre la etiqueta clínica, otra vez…, en esta ocasión desde un matiz, que pueda generar una grieta más, una distancia más hacia el paciente. ¿Podría ayudarle en algo al paciente saber que tiene, por ejemplo, una esquizofrenia paranoide frente a una desorganizada? Seguramente no, seguramente con independencia del diagnóstico, él o ella nos demanden la misma cosa. Creo que en definitiva se trata de tener y reconocer su propio espacio, de sentir que uno es uno mismo y de verlo reflejado así con los demás. En último término tal vez se trate de querer y ser querido siendo uno mismo, esperando la aceptación de los otros.

La siguiente pregunta, es si los demás están preparados para hacerlo, ¿es fácil convivir y entender a una persona con un trastorno psicótico? Probablemente no. ¿El aceptar al otro tal como este se reconoce a sí mismo, pasa por no juzgar, por escuchar, por apoyar, sin esperar que sea a nuestra imagen y semejanza? Probablemente sí. Aunque a veces esto conlleva mucho sufrimiento, porque suponga aceptar que hay otra persona muy vinculada a ti que no está respondiendo a tus expectativas. Llegados a este punto de buscar el respeto y la comprensión mutua, en muchos casos, seguramente ese respecto requiera de un espacio físico independiente, en el cual, las personas implicadas puedan desarrollarse y crecer de formas más autónoma. Esto lo estoy relacionando con el caso de Oscar, no parece que su madre sea una persona que le pueda llegar a dar la identidad que él espera de ella, y sin saber mucho más del caso, me atrevería a decir que es la relación que ha mantenido con ella la que de alguna manera le ha provocado la necesidad de sumergirse en su burbuja, de aislarse de lo doloroso –como muy bien el texto señala-, para seguir viviendo. Tal vez no en todos los casos sea necesario aislarse de la vivienda familiar, pero en muchos parece lo más adecuado. ¿Habría alguna forma de hacer entender esto a la familia del afectado?

Me gusta la alusión que hace el texto de Oscar, como uno de los maestros. Que importante es lo que los pacientes nos enseñan de nosotros mismos, cada reto en la clínica es una puerta abierta al desarrollo no solo profesional sino también personal. Me planteaba qué es lo que siente el terapeuta cuando observa un logro en la persona a la que está acompañando. ¿Es algo qué va directamente al narcisismo, atribuyéndolo como mérito propio? No estoy pensando tanto en que no se reconozca el importante papel del paciente en el cambio, sino más bien, en que se conciba nuestro papel en eso como absolutamente relevante o imprescindible….va un poco relacionado con la grandiosidad del terapeuta.

El caso de McCourt me ha hecho reflexionar sobre las formas de comunicación que elige el paciente. Es curioso lo que nos cuesta identificarlas cuando estas están muy alejadas de nosotros mismos –como el no verse identificado en la figura del comic-. Creo que es ahí donde tenemos que estar más despiertos, para no perdernos las oportunidades que nos brinda el paciente de conexión con él, y más sabiendo que estas tal vez no se repitan, con lo difícil que es mostrar, a veces, lo que uno lleva dentro!!. Pensando en el caso de Oscar, ¿es posible que usara la fotografía o sus cuadros para comunicarse con nosotros? ¿Podemos desde el uso de esos objetos establecer la relación terapéutica? ¿No son acaso un medio que le acerca a la imagen que desea o tiene de sí mismo? Tal vez esto entre en todo lo relacionado con el ensanche del espacio psíquico, como una forma más de flexibilidad y de entendimiento.

Son muchas las cosas interesantes a resaltar en este texto: se habla de la esperanza, del sentido que uno da a su propia vida. La esperanza es algo que tiene que estar presente siempre, creo que de lo contrario estamos muertos o nos acercamos a la muerte, puede que no estemos pensando en grandes esperanzas, puede que mi deseo sea muy pequeño, pero es algo que nos mantiene vivos, que de alguna manera da sentido a nuestras vidas. Me he acordado de un libro que me gusta mucho, “El hombre en busca de sentido” de V. Frakl. También se habla de la soledad absoluta en la que puede caer el terapeuta, es algo que hoy por hoy lo siento cercano, en ese sentido creo que es más fácil trabajar con grupos donde de alguna manera no recae en una sola persona la relación, en donde cado uno tiene un papel que jugar para el conjunto del grupo.

Avanzando en el texto, me ha llamado mucho la atención “contener y cuidar” en relación al pensamiento psicótico. ¿Todo pensamiento psicótico tiene un sentido para el paciente? ¿Cómo llegamos a él? Me parece muy interesante todo esto. ¿Utilizamos el sueño para trabajar las sensaciones, dejando un poco del lado el pensamiento? ¿Cómo trazas los puentes para acercar lo anhelado al campo de lo concreto? Me gustaría profundizar en la falla narcisista de Kohut.

Creo que tener y sentir una desfragmentación tan grande de uno mismo tiene que ser una de las cosas más difíciles de llevar, que se merece, por lo menos, el máximo respeto por parte de toda la sociedad.
# teresa martinez
sábado, 25 de diciembre de 2010 20:11
Me ha gustado mucho la lectura propuesta, porque coincide plenamente con mi manera de concebir el proceso y la relación terapéutica. Nuestro marco de acción es, sin duda la subjetividad de la persona, que se nos sienta enfrente, su experiencia, su totalidad tan completa o incompleta, como en su vida se hayan podido resolver sus faltas. Me parece imprescindible despojarnos de ese rol de analista, despegado, neutral y de alguna manera oculto, para convertirnos en , simplemente una persona que acompaña a otra, con todo un campo de conocimiento que ponemos a disposición de las necesidades del paciente. Es fundamental que conozcamos también las nuestras, nuestros “agujeros”, nuestras faltas, nuestro potencial, y que trabajemos desde nosotros mismos como agentes en los que el otro puede encontrarse cuando se halle perdido en sus miedos, donde el otro pueda sentirse acogido y sostenido, calmado, escuchado y vinculado.
En todo recorrido de dos personas hay una historia de encuentros y desencuentros, con otros y con uno mismo, y es necesario acompañar las emociones del otro mientras se recorre este camino de sufrimiento, en muchos casos. Solo reconociendo la debilidad del otro es cuando se permite que el otro sea débil; solo aceptando al otro se posibilita que el otro se acepte; me gustaría resaltar una frase que este fin de semana he oìdo: “ paso primero donde tú no te atreves a entrar” . Empatizo con el drama que supone un sentimiento de “estar perdida” de no saber por donde andar, de ni sola ni acompañada, sé que ese sentimiento de confusión produce gran dolor y mucha desesperanza: y muchas veces la forma de sanar un corazón así de perdido es con el simple reconocimiento, sostenimiento y contención de las emociones que se despiertan. Abrir y dar espacio a nuevas formas que encajan como piezas de un puzzle, vivir anhelando ese clic que parece decir “ aquí sí estoy bien” y aprender a quedarse ahí en lo cálido de ser uno mismo.
Fácil decirlo pero en ocasiones difícil de hacer: “ ser uno mismo con los otros, sin ser lo que otros esperan o sin obviarlos para poder ser”. ¿qué hacer cuando sientes que te has quedado por el camino? ¿ donde buscar?
Somos lo que hemos vivido, el “yo soy yo y mis circunstancias” parece que se torna a un “ yo soy mis circunstancias”, y ¿ cómo salir de lo dramático y la soledad de estas?... sin agarrarte a un clavo ardiendo…
En la continua búsqueda del sentido de la identidad se nos plantea una búsqueda de algo mayor: la verdad de uno mismo sin corazas, las muletas que algún día sirvieron para caminar hoy nos hacen esclavos suyos..¿cómo aprender a vivir sin lo que un día nos salvó de una gran caida? Quizá no hay una respuesta contundente y clara.. ¿ y qué es la verdad? Yo vivo con la verdad de mis pasos… y esa solo es mía ya que cada uno ha vivido algo diferente que le hace tener otras verdades.. entonces el juego cambia y hay que aprender a sostener la propia verdad sin negar la de los demás.. el fondo es el mismo: como ser yo sin sentirme invadido por los demás, como ser yo con los demás y no sólo para ellos. Vivir es un riesgo que con cierta prudencia hay que vivir pero sin los miedos que un día nos hicieron vestir la coraza de un gran guerrero.. la vida es una lucha pero no un campo de batalla.. ¿cómo renunciar a nuestras corazas y nuestros mecanismos defensivos.. cómo salir a la luz de la vida a pecho descubierto si lo que rige la vida es el miedo?’ se puede vivir rodeada de fantasmas, de miedos,.. pero los fantasmas no tienen alma..
La identidad pasa por la generatividad, no por las prótesis, somos lo que llevamos dentro no el traje que nos ponemos… las respuestas están en nosotros.. pero y si somos nuestro peor enemigo.. parece que ningún sitio es seguro… recorrer el camino de la calma, de aprender a descubrir un mundo amable donde poder soltarnos, despojarnos de los disfraces y las máscaras que en ocasiones podemos percibir como propias…
El camino para descubrir lo verdadero y lo falso que hay dentro de nosotros en un camino entruncado, no libre de obstáculos, pero en el que se pueden descubrir nuevas formas de ser uno mismo con el otro sin verse invadido o anulado por el.
Otro tema que me parece interesante es la continuidad, es difícil ser uno mismo, cuando solo se te da la posibilidad de serlo a veces… en esos vacíos de no ser tu, ¿ qué hay? Me ha gustado y de forma sútil me ha calmado la frase: “a veces perdidos, a veces encontrados pero con nosotros mismos” es bien cierto que a veces nos perdemos, nos desviamos del camino de la conexión con lo profundo pero no significa ( o asi quiero pensarlo) que nos hayamos perdido para siempre.. ahora he comprendido lo que significa tolerar la angustia de verse suspendido en un proceso…no siempre vamos a vernos igual de unidos con nosotros mismos..
Me resulta curioso el papel de la fantasía en el proceso de identidad: la fantasía aparece cuando la realidad fracasa. Te refugias en como te gustaría que fueran las cosas, y ahí vas creciendo, pero luego hay que hacer el ejercicio de pisar tierra firme, de enfrentarte a lo doloroso de lo real, a las faltas, y aprender a construir desde esas ruinas, pero al menos has tenido un lugar despajado y protegido donde ser tu, al menos sabes donde buscarte para seguir creciendo..
La tensión narcisista consiste en encontrar la propia voz en este mundo de ecos..
El socorro y la ayuda solo vienen cuando se expresan las necesidades no cuando se oculta ese yo débil con el que todos venimos al mundo, de niño desprotegido, y sobre el cual se formará la identidad futura… acoger ese frágil yo, es el verdadero punto de partida y puerto desde el que hay que partir en este mar de naufragios que en ocasiones es la vida…

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