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Clásicos del pensamiento relacional

   
 

Gerson, S. (1996). Neutrality, Resistance and Self-Disclosure in an         Intersubjective Psychoanalysis. Psychoanalytic Dialogues 6: 623 – 645. (Neutralidad, resistencia y autorrevelación en un psicoanálisis intersubjetivo)

 RESEÑA de Raúl Naranjo Valentín
 

Samuel Gerson realiza en este texto un análisis y reformulación de algunos de los conceptos fundamentales del psicoanálisis y de la técnica psicoanalítica. Se trata de redefinir los términos de la técnica de acuerdo con las premisas conceptuales derivadas del psicoanálisis intersubjetivo. De tal forma que podamos establecer una nueva forma de proceder en nuestro trabajo clínico.

Los tres conceptos técnicos que se propone reformular son los de la neutralidad, la resistencia y la autorrevelación. Que como vamos a ver quedan muy estrechamente relacionados en la reconceptualización de Gerson:

NEUTRALIDAD

Modelo clásico de neutralidad: en un principio Freud estableció algunas premisas sobre la postura que debía adoptar el analista varón ante las demandas de amor de la paciente mujer. Esta postura se justificó metapsicológicamente, argumentando que la gratificación de los deseos del paciente atenuaría el material derivado de las pulsiones y no permitiría que tal material inconsciente apareciese y pudiera hacerse consciente.

Cualquier expresión de la subjetividad del analista podría contener elementos sugestivos que contaminasen los contenidos del paciente o impedir la expresión de estos.

Análisis deconstructivo de los conceptos de neutralidad y abstinencia

La visión intersubjetiva en psicoanálisis se basa en la deconstrucción de la idea del analista como un observador objetivo y neutral de las percepciones y atribuciones distorsionadas del paciente. La subjetividad del analista, anteriormente considerada un obstáculo a evitar, pasa ahora a considerarse un aspecto esencial del proceso analítico.

El proceso deconstructivo opera a través de poner a la luz los dilemas inherentes y las fuerzas ocultas que mantienen los principios teóricos o técnicos de una disciplina o teoría, en este caso el psicoanálisis. En cuanto a la neutralidad, el autor detecta dos motivaciones ocultas que operan tras la principio técnico:

1.       Anonimato al servicio de la idealización del analista.

Renik realiza un análisis deconstructivo del principio del anonimato del analista: Si bien se supone que el anonimato es buscado para permitir la libre asociación del paciente y disminuir la presencia e influencia del analista, el efecto conseguido es el opuesto. Tiende a convertir al analista en la pieza central, en una figura omnisciente, misteriosa, e incuestionable. 

Renik plantea que realmente este anonimato le permite mantenerse en una posición de autoridad, superioridad e idealización. Y este es el verdadero motivo de su utilización técnica. El hecho de poder concebirse como alguien capaz de trascender su subjetividad y convertirse en un observador objetivo del paciente constituye una gran autoidealización por parte del analista. Idealización en la que se fuerza al paciente a participar.

2.       Las raíces misóginas de la neutralidad

Complementando el análisis de Renik, el propio Gerson plantea que el concepto de neutralidad se desarrolla con las primeras ideas de Freud sobre la sexualidad femenina, a partir del contacto con sus primeras pacientes histéricas.  Para Freud, la percepción de la mujer de su ausencia genital, que culmina en el sentimiento de envidia del pene, tiene su paralelo en la clínica en la búsqueda por parte de la paciente de seducir al analista. Y la resolución de ambos, la envidia y la seducción se resuelven a través de la no gratificación y la negativa a tales seducciones. De esta forma, la paciente puede pasar de funcionar según el principio del placer a hacerlo según el principio de realidad.

En los testimonios y la correspondencia de Freud y Jung, ambos hacen referencia a las complejas seducciones que sus pacientes desplegaban hacia ellos y sus esfuerzos para resistirse a las mismas. En este sentido, Gerson considera que Freud actúa como el Ulises que se ata al mástil del barco para poder escuchar el canto de las sirenas sin caer en la tentación de dejarse llevar. La neutralidad, por tanto, nacería como una autodefensa del analista varón frente a sus deseos y temores en relación con la paciente mujer que es   experimentada como peligrosamente seductora. Para Gerson, estos conceptos tienen sus raíces en la misoginia predominante en aquellos tiempos.

Redefiniendo la neutralidad como un evento relacional.

Gerson plantea un nueva conceptualización de la neutralidad, como un evento relacional que surge a lo largo del análisis, mientras paciente y analista crean y destruyen modos de encajar el uno con el otro.

No concibe la neutralidad como una actitud o postura, ni como abstinencia, ni como anonimato, tampoco como posición equidistante con diferentes partes de la psique del paciente, ni como suspensión del juicio, ni como apertura a nuevas experiencias, etc. Todas estas visiones de la neutralidad son básicamente unipersonales, es decir, la actividad o propiedad de la neutralidad reside en el analista.

La propuesta de Gerson solo puede entenderse poniéndola en relación con los conceptos de transferencia y contratransferencia. Plantea que la neutralidad tiene su aparición en un momento en que la dinámica de transferencia-contratransferencia cede y deja paso a una nueva percepción del otro, de uno mismo y de la interacción de uno mismo con el otro. Esta nueva visión, libre de los esquemas transferenciales es breve y pronto vuelve a verse ocultada por la configuración transferencia-contratransferencia. Sin embargo, con cada instante de ruptura de la configuración se produce un grado de reconocimiento mutuo y confianza y se va creando una base de seguridad.

Neutralidad, entendida así, no es una precondición para el análisis, sino un propósito a alcanzar. Y no es algo relativo al analista sino a ambos, paciente y analista. La neutralidad por tanto sería el encuentro de zonas de reconocimiento fuera de la configuración transferencia-contratransferencia. La expansión de estas zonas y su ampliación es lo que conduce a la terminación del análisis.

 

RESISTENCIA INTERSUBJETIVA.

La resistencia podría redefinirse según Gerson como los esfuerzos mutuos de paciente y analista para crear y mantener una dinámica de interacción no progresiva, estancada. Este tipo de dinámica que no permite el desarrollo y la resolución de los problemas encuentra su expresión en lo que conocemos como configuración transferencial-contratransferencial.

Esta resistencia intersubjetiva se basa en los esfuerzos inconscientes de cada participante en la relación (analista y paciente) por mantener al otro en los esquemas familiares preconcebidos, en lugar de abrirse a nuevas formas de percibir y experimentar al otro.

La resolución de la resistencia intersubjetiva depende del grado en que podamos alcanzar una comprensión por parte de ambos sobre como y porque se ha llegado a esta particular dinámica de mutua resistencia.

Irónicamente, el psicoanálisis tradicional plantea que la resolución y comprensión de los elementos contratransferenciales debe producirse por parte del analista al margen del paciente. Es decir, haciendo un autoanálisis o bajo la supervisión y asesoramiento de otro profesional. Sin embargo, Gerson se plantea hasta que punto es adecuado que un evento relacional, y como tal surgido de la interacción con el paciente se resuelva y analice fuera de tal relación. Cuestiona que esta sea la mejor manera de comprender y resolver la situación. Por un lado porque en el autoanalisis, el analista no puede tener acceso completo a las mutuas vías en que ambos cocerán la resistencia. Y por otro, porque la exclusión del paciente puede dejarle con la impresión de que el conocimiento de las motivaciones inconscientes es mas una fuente de peligro que de libertad.

En este punto comienza a adentrarse en el campo de la autorrevelación como forma de superación y comprensión de las resistencias intersubjetivas. Para ello describe una viñeta clínica que refleja bien esta necesidad:

Desde inicios de Septiembre, el autor tenia prevista una actividad para unas fechas próximas por lo que debía anular las citas con sus pacientes para esos días. Lo fue haciendo con todos y cada uno de ellos excepto con una paciente. Cada semana que pasaba olvidaba decírselo y lo justificaba mediante racionalizaciones. Cuando llegó el ultimo día antes de la salida, tuvo que inventar una excusa que justificase porque no se lo había dicho antes. Le dijo que había ocurrido algo inesperado y que no iba a poder mantener la cita con ella los próximos dos días. La paciente comenzó a mostrar preocupación por el analista ante la posibilidad de que algo malo le hubiese ocurrido a alguien en su familia, etc. Durante los días que estuvo fuera intentó reflexionar acerca de los motivos de este olvido. En su autoanalisis, llegaba a varias conclusiones posibles:

-        Había actuado de ese modo porque preveía una reacción de desagrado por parte de la paciente al comunicarle su ausencia. Esto estaba basado en la ya observada relación de dependencia hostil que la paciente había establecido transferencialmente con él.

-        Otra de las hipótesis fue que era él quien actuaba hostilmente hacia su dependencia, no dejándole la oportunidad de procesar su ausencia.

-        Por ultimo también se planteó la posibilidad de que buscase precisamente que la paciente se imaginase que le había ocurrido algo horrible, obteniendo un sentimiento de simpatía de la paciente en lugar de desagrado.

Cualquiera de estas conclusiones no le llegaba a satisfacer por completo y le dejaba cierta inseguridad. Al final, concluyó que debía abordar este mismo análisis, dentro de la sesión y con la propia paciente. Le planteo cómo se habían producido los hechos, como había tenido que inventar una excusa al no revelarle antes su próxima ausencia, etc Y le preguntó cual creía ella que podía ser la razón de que él hubiese actuado de esta manera.

Ella le planteó que quizá había actuado así porque el no quería dejarla, le gustaba estar con ella. Esta era una posibilidad que él no se había planteado.

Un instante después ella añadió que quizá no se lo había dicho porque él temía que ella se pudiese enfadar por la separación (posibilidad esta que si había contemplado Gerson). Tras esto pudieron llegar a la conclusión de que el consiguió sustituir la rabia de ella ante la separación, en preocupación por él tras la mentira. Gerson pudo comprender junto con su paciente como el deseo de ella de ser dependiente, se complementaba con el de él de mantenerla en esta dependencia (querer que se preocupe por él, etc.). Se estaba pudiendo analizar la configuración transferencia-contratransferencia a partir del análisis conjunto de la actuación contratransferencial del analista. Este análisis permitió profundizar sucesivamente en esta configuración y en el modo de relación que ambos habían establecido a lo largo del análisis.

Esta viñeta viene a ilustrar por tanto como la autorrevelación y el análisis de la contratransferencia dentro de la propia sesión y con el paciente puede servir para los fines de la terapia y no ser solo un elemento indeseable que ha de analizarse externamente para eliminarse.

 

AUTORREVELACION.

La revelación de aspectos contratransferenciales y de la subjetividad del analista y la elicitación de las interpretaciones del paciente sobre las motivaciones implicadas, es un fenómeno que representa una fuerza desestabilizadora muy fuerte. En el campo de la tradición psicoanalítica, han existido diferentes argumentaciones en contra de tal utilización de la autorrevelación. Desde argumentos razonados sobre como la autorrevelación puede impedir la adecuada acción terapéutica hasta otros mas radicales que plantean la revelación como un acting de conflictos no resueltos en el analista. En cualquier caso siempre se ha visto la autorrevelación como jugar con fuego (en el sentido peligroso y no iluminador).

En los modelos contemporáneos relacionales y constructivistas se ha permitido mas ampliamente la expresión de la propia subjetividad del analista. Partiendo desde una perspectiva como la aquí expuesta (de resistencias mutuamente construidas, exploración de los significados de ambos participantes del análisis, etc.) el uso de la autorrevelación estará al servicio de incrementar la comprensión en analista y paciente de la configuración transferencia-contratransferencia establecida. Abrimos nuestra subjetividad con el propósito de movilizar el análisis desde las mutuas resistencias hacia las zonas de neutralidad o de nueva experiencia.

Cuando el analista revela un aspecto de su subjetividad implicado en la dinámica de la terapia, no solo pone luz sobre este nuevo aspecto, sino que permite al paciente darse cuenta de cómo el terapeuta se maneja con sus propios conflictos. En este sentido, muestra al paciente un modelo de cómo acercarse a lo desconocido y querer descubrir. Le muestra la universalidad de los procesos inconscientes, y como el acercamiento a estos puede ser algo constructivo y reparador, en lugar de un simple deposito de impulsos inaceptables.

 

COMENTARIO PERSONAL

El texto de Gerson es de gran interés a los fines de poder cuestionar los que se suponen son los principios técnicos en los que nos debemos mover según la ortodoxia.

Su análisis de la neutralidad, viene cuestionar, como lo han hecho otros autores contemporáneos, la posibilidad de percibir la realidad del paciente desde la objetividad, y de mantenerse en un espacio neutro frente a este. Una vez mas se argumenta que cualquier actitud, incluido el silencio es en sí mismo una participación mas que revela algo de la figura del analista y le hace participar en la relación.

Lo mas sorprendente para mi es su redefinición de neutralidad. Concibe la neutralidad como un fenómeno, o mas bien como un conjunto de fenómenos (en este sentido un proceso) de ir pudiendo experimentar al otro fuera de los esquemas fijados por la transferencia y contratransferencia. Es decir, como el campo que se va abriendo en la medida que la transferencia y contratransferencia se diluyen y que permite nuevas formas de percepción y de relación entre ambos. Este concepto me parece muy interesante, habla mucho sobre el objetivo al que debe dirigirse la terapia, hacia la superación de los esquemas relacionales conocidos y utilizados y hacia la creación de unos nuevos y mas adaptativos a la situación. La única objeción que plantearía es la utilización del termino neutralidad para definir este proceso. Neutralidad implica en su significado un no participar, no afectar, y este proceso de conectar con el otro es un proceso subjetivo, derivado de nuestra experiencia y que afecta al otro. De hecho esta nueva experimentación del otro se construye con el otro. 

Por otro lado, su análisis de la resistencia como un fenómeno conjunto me parece de gran interés. Sería realmente la contrapartida del proceso expuesto anteriormente: una fuerza que busca la conexión con el otro a través de nuevas formas y otra tendente a incluir al otro en los esquemas familiares y conocidos. Esta ultima es la que hace que el proceso se estanque y se produzca la resistencia.

En cuanto a la autorrevelación es muy interesante como destaca el hecho de que el análisis de la contratransferencia se realice con el propio paciente. Allí donde lo que el analista experimenta hacia el paciente esta básicamente relacionado con este y con lo que de particular tiene esa relación, el análisis compartido me parece lo mas adecuado y pertinente. Así mismo, me resulta agradable la observación sobre como en tal autorrevelación hay además un elemento de modelado. El analista ofrece al paciente una forma de relacionarse con sus propios contenidos psíquicos, de indagarlos, sin reservas, con inquietud, compartiéndolos. Con ello se invita al paciente a hacer algo similar con sus contenidos. Por ultimo y no me nos importante el analista se muestra humano, se ofrece como otro igual saliendo de la idealización que suele producir la actitud de distancia y reserva. A mi juicio, este elemento es especialmente movilizador, y generador de confianza en los pacientes,  facilitándoles el proceso de profundizar en si mismos.

En resumen, un texto muy interesante, que reúne algunas de las modificaciones que sobre la técnica se están planteando dentro del psicoanálisis contemporáneo.

 

Cita bibliográfica / Reference citation:
Naranjo, R. (2007). Reseña del trabajo de S. Gerson “Neutralidad, resistencia y autorrevelación en un psicoanálisis intersubjetivo” (1996). Clínica e Investigación Relacional, 1 (1): 321-325. [http://www.psicoterapiarelacional.es/CeIRREVISTAOnline/Volumen1N%C2%BA1Junio2007/CeIR_V1N1_Clasicos1_Gerson_96/tabid/287/Default.aspx]

 

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