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DOS DÍAS, UNA NOCHE

Título original: Deux jours, une nuit (Two Days, One Night) 

Año: 2014

Duración: 96 min.

País: Bélgica

Género: Drama, crisis, mundo laboral.

Director: Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne

Guión: Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne

Fotografía: Alain Marcoe

Reparto: Marion Cotillard, Fabrizio Rongione, Pili Groyne, Simon Caudry, Catherine Salée, Batiste Sornin, Alain Eloy, Myriem Akeddiou, Fabienne Sciascia, Oliver Gourmet.

Sinopsis: Sandra dispone sólo de un fin de semana para ir a ver a sus colegas y convencerlos de que renuncien a su paga extraordinaria para que ella pueda conservar su trabajo. Su marido la acompaña para apoyarla.

Reseña y comentario de EDELMIRA FERNÁNDEZ CRUZ

Una mujer joven descansa en la cama. Llama la atención el hecho de que esté vestida.Hay un cierto grado de improvisación en el descanso. ¿Necesidad?...El sonido del teléfono la despierta. Ha pasado una época dura, deprimida, con ansiedad, mucha ansiedad. A duras penas ha ido recuperándose. El paso siguiente era incorporarse a su trabajo, pero, he aquí que una llamada interrumpe su descanso. La llamada de una amiga la golpea por dentro.  Una votación en el trabajo, a instancias del jefe, y defendida con uñas y dientes por el encargado, Jean Marc, la dejaría sin el mismo. Los compañeros tienen que elegir entre la vuelta de Sandra al trabajo o una paga extra .Aparentemente...¡qué democrático!...¡una votación!.

El encargado ha ido, uno a uno, a todos los compañeros, haciéndoles tan macabra propuesta. Cuando se nos dificulta la relación con los otros, se nos va alienando. Es la relación con los demás ,el único y auténtico motor del cambio. La indefensión de Sandra es absoluta.

Pero mientras atiende la llamada de su amiga, atónita y desconcertada, otra llamada, ésta con un sonido más familiar, la alarma del horno, la conecta con otra realidad, también presente. Estaba haciendo una tarta para sus hijos. Quería ofrecerles algo bueno, casero, hecho por ella, con sus propias manos. En esta última época  probablemente, no ha podido darle a sus hijos lo que le hubiese gustado. La tarta nos recuerda el valor de lo esencial, lo sencillo y ello nos conduce al hogar, la casa, no como conjunto de paredes y muros sino como lugar de acogimiento, de bienestar, lugar casi sagrado, donde cada uno de nosotros, encontramos o debiéramos encontrar el valor, la resistencia, la fuerza y energía para aguantar y tolerar los envites de la vida y de la muerte. Resistencia íntima. El término Resistencia íntima, en sentido absolutamente contrapuesto al que le damos en el lenguaje psicoanalítico, es magistralmente defendido y yo creo que acuñado (al menos no lo he visto antes expresado así) por el filósofo Josep María Esquirol en su libro "La resistencia íntima" ensayo de una filosofía de la proximidad. Sólo desde ahí podemos coger la fuerza y el empuje necesarios para abrirnos al mundo.

14 de 16 han votado sí...Eso hace entrar en el túnel a Sandra...Pero está Manu, su marido..."El encargado les habló uno a uno, les metió el miedo en el cuerpo"..."si vas, les puedes convencer". Con la ayuda inestimable de Juliette, su amiga, ha convencido al señor Dumond, el jefe, para que se repita la votación el lunes.

¡Qué bien conoce Manu la banalidad del mal y lo vulnerable que puede llegar a ser el ser humano en determinadas condiciones!...Para no sentirse sólo, desplazado, excluido y en tantas y tantas otras situaciones.

"Lucha por conseguir tu empleo"...Lo importante que es la mirada del otro. Esta película podría ir sobre la mirada, la mirada atenta, esa mirada que no sólo ve, sino que escucha, atiende..."Lo que salva es la mirada" nos diría Simone Weill o como nos diría Esquirol, sin un mínimo de reconocimiento la pregunta...¿quién soy yo? se queda sin respuesta.

Sandra inicia un auténtico periplo, una odisea particular, con la ayuda de Manu y de la amistad incondicional de Juliette,... ¡qué importante la amistad!

Va a visitar uno a uno a todos sus compañeros a su casa, en dos días y una noche. Un fin de semana. Cuando las personas tratamos de recuperarnos a nosotros mismos del sistema que nos aliena. Nosotros como terapeutas, sabemos lo importante que es trabajar con los pacientes sobre cómo ha transcurrido el fin de semana y el enorme juego que nos puede dar el tiempo libre.

Pero Sandra no sólo habla, sino que escucha al otro, otro en el sentido más genuino, el Otro distinto a ti, en el  sentido de  Lévinas y Derrida...Mira al otro, escucha al otro, siente al otro y algo casi sublime, no lo juzga. Nos está dando un buen ejemplo de lo que sería un buen/buena terapeuta Relacional...¡ojalá actuásemos nosotros así!...Y se va produciendo en ella la transformación del que escucha..."Quien de verdad entra en una conversación, entra realmente en una conversión" nos dice Esquirol.

En todo momento le acompaña Manu, su marido. Pero la deja sola, para que sea ella quien hable con sus compañeros. Confía en ella. También nosotros los terapeutas debiéramos saber cuando tenemos que dejar solos a los pacientes. Cuando hay que dejarlos marchar.

A veces desfallece, aparece el bolo ansioso, que la oprime, que le quita hasta el habla. Y bebe agua constantemente como un intento de desplazarlo, digerirlo..."No existo, no soy nada" dice ella..."Existes, yo te quiero" dice él… Esto quizás esté mostrándonos el origen de la vulnerabilidad de Sandra. Esta frase podría ser la que toda relación madre-hijo debiera tener como mensaje más primigenio.

 Ahí están Manu, sus hijos, la amistad de Juliette como compañeros de este viaje azaroso que es la vida...pero a veces, no basta...Necesitamos relacionarnos con los otros de una manera amable en el mundo laboral, en el mundo en general. Nos olvidamos con frecuencia de esto tan importante.

Atender a los otros, va sacando a Sandra del ensimismamiento:

    "No voté contra tí, voté por mi paga extra. Dumond relaciona las dos cosas, yo no. Necesito mi paga extra para mi hija que está en la universidad"..."Estoy en paro desde febrero" apunta la mujer de Williy. "Lo entiendo...disculpadme" responde Sandra. No hay coacción, hay respeto.

Dominique, Mirielle...: “No puedo, lo siento"..."No te enfades"..."No me enfado".

Nadine..."dile que no estoy"...Eso sí toca en su punto álgido, ahí está su dificultad...o quizás la de cualquier ser humano. La invisibilidad.

Sigue con Manu, siempre con Manu, pero también con su ansiedad, llanto, ansiolíticos...Sueña...¡Máxime(su hijo),se ahoga!. Su aspecto más primitivo se muere. ¡Se está ahogando!

Y llega a casa de Timur, parece indio ¿no?. Su hija, educada y amable, le lleva hasta dónde él está entrenando a unos niños. Timur le dice: "Me avergüenzo por votar por lo de la paga"..."Olvidé lo que habías hecho por mí cuando rompí aquellas células y dijiste que habías sido tú"...¡menudo ejemplo le estás dando al nuevo!...Recuerda Sandra con una sonrisa...Pero ¿no son los inmigrantes unos vándalos sin corazón ni valores?... La vergüenza.

La mujer de Hicham, con su bebé en brazos. Se intuye el miedo pero a pesar de ello, la escucha, la atiende. El marido no está. Trabaja el fin de semana en un supermercado. Economía sumergida. Éste sería otro debate pero, ahí lo dejan los directores como reflexión...¿porqué? responsabilidad ¿de quién?..."Mil euros es un año de gas y luz".

Estoy curada, quiero volver a trabajar y ganar un salario y no sola en el paro. El trabajo como derecho y también como forma de sociabilizarse, no de instrumentalizarse.

Jean Marc lo dijo, le comenta Hicham..."quien ha estado enfermo, no rinde tanto"...El estigma de la enfermedad mental, de la enfermedad...de los débiles. De nuevo el bolo ansioso, se asfixia, necesita aire..."No te achiques por lo que dice ese imbécil de encargado, seguro que en unas semanas con la ayuda de los que te apoyan, rendirías, aún más" De nuevo, la importancia de la mirada del otro. La confianza de Manu en su mujer y en el otro.

Estar curada...¿qué es estar curada?...¿qué es estar enferma?...¿qué es ser normal?.

Siguen apareciendo personas, cada una con su trayectoria vital, algunas veces cruel, como la de Yvon con su hijo con aspectos entre ¿límites/psicopatones?... o La de Anne con ese marido cruel y maltratador.

"Me gustaría ser ese pájaro que canta" dice Sandra a su marido.

 "Quiero vivir a pesar del vacío" dice la letra de una canción que suena en la radio cuando continúan su lucha..."Mirar a la nada de frente, intensifica la experiencia de la vida y el retorno a la proximidad" nos dice Esquirol. La mirada cómplice y afectiva entre ellos, cogidos de la mano, nos da buena muestra de ello.

Hay un momento en que Sandra se rompe y decide acabar con todo...pero en ese justo instante, llega Anne... Las dos deciden vivir. Anne fuera de la cárcel que era su no-casa. ¿Ahí, así, se pueden/deben engendrar hijos?...No lo sé.

Y,ella, Sandra "Tengo hambre"... ¿Te acerco la sopa caliente?.

El perverso, el limite, el maltratado, el maltratador... Todo un elenco de la representación humana. Julien, con la cruda realidad del sistema le dice la verdad: "Dumond sabe que el trabajo se hace con dieciséis...¿para qué ibas a volver"? Pero hay algo que llama poderosamente la atención. No quiere que su hijo esté presente cuando habla con ella..."Dile a mamá que llegaré a la hora de la cena" Como si a través de la figura de su hijo, conservara cierto grado de esperanza.

Acompañados por Anne, que por fin ha abandonado a su marido: "Es la primera vez que decido algo en mi vida" van al encuentro de los que les quedan por visitar. La música rock, rupturista, transgresora, rebelde, irrumpe en la noche. Parecen tres adolescentes dispuestos a comerse el mundo.

Y Alphonse...¿qué decir de Alphonse? el chico negro con un contrato temporal que está en la lavandería.

Alphonse es ella y ella es Alphonse ¡No  tienen nada pero lo son todo! Son como pájaros. Sueñan, vuelan, vislumbran un horizonte mejor.

Llega el lunes. Se repite la votación.

 "Gracias por vuestro apoyo, nunca os olvidaré"

Señora Vac, el señor Dumond, quiere verla...

Sandra sale de allí para siempre, sonriente, feliz, sintiéndose dueña, por fin, de su vida...

No. Sandra no es una mujer normal, ni Manu...¿normal alguien que dice a su mujer que no importa que no hagan el amor?...¡qué ya lo harán!...Sospechoso. ¿El que está al lado de su mujer para que ella pueda tomar sus decisiones, en su deconstrucción particular del mundo?.

Ni Juliette, ni Alphonse...son normales. Están locos. Todos locos. Afortunadamente locos. Y...como leí hace unos días a Darío Fo, en una entrevista que le hicieron:

"Necesitamos urgentemente Locos. El Poder, el Dinero y la Mentira, siguen gobernando"

 

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